"Los aliados occidentales de Ankara se encuentran frecuentemente preocupados bien por los problemas, bien por el acercamiento entre Rusia y Turquía", explica el periodista. El año pasado querían evitar un posible conflicto entre los dos países, después de que Turquía derribara un caza ruso. Ahora que las relaciones entre los dos países se han normalizado, tras la disculpa presentada por el presidente turco Erdogan, Occidente ve con malos ojos el acercamiento.
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"Además, los socios occidentales de Turquía olvidan que sus propias acciones acercan a Moscú y Ankara", añadió el columnista, al tiempo que explicó que mientras el Kremlin ha apoyado fuertemente a Erdogan tras la intentona golpista, Occidente se ha decantado por una posición más fría y neutral.
"Probablemente los aliados occidentales deberían agradecer a Rusia por la presión ejercida sobre Turquía que ha devenido en un cambio de su política en Siria", donde Ankara se ha unido contra Daesh.
Turquía lanzó el 24 de agosto la operación Escudo del Éufrates, apoyada por aviones de combate de EEUU y sus aliados, para expulsar a los terroristas de Daesh de la ciudad de Yarabulus, ubicada al norte de Siria.