"Brasil acaba de vivir un proceso largo y complejo, un proceso que ha llevado a una destitución", dijo, evitando citar el nombre de su predecesora y remarcando que esto demuestra que las instituciones brasileñas son fuertes y funcionan correctamente.
"Esto es lo que está demostrando Brasil al mundo", remarcó una vez más Temer, al añadir que el país cuenta con un sistema judicial independiente, unos organismos que cumplen su trabajo, una sociedad plural y una prensa libre.
Una vez zanjado este tema el presidente brasileño aseguró: "Ahora nuestro trabajo es recuperar la economía, tenemos claro cuál es la senda que hay que seguir".
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El principal objetivo del primer discurso de Temer en la ONU era disipar las dudas sobre la crisis política que vive Brasil y lanzar un mensaje de optimismo en el ámbito económico.
En su opinión, los países no pueden seguir usando como pretexto medidas fitosanitarias para poner barreras a la industria agrícola y ganadera de Brasil, que según remarcó, contribuye a la seguridad alimentaria del planeta.
Temer no dejó pasar la ocasión para revindicar otra de las peticiones históricas de Brasil en la ONU; una plaza en el Consejo de Seguridad.
"Brasil dice desde hace tiempo que es vital que las estructuras de gobernanza globales sean más representativas. Hay que reformar el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (…) Seguimos trabajando para superar ese punto muerto", aseveró.
Así, mostró su satisfacción por el acuerdo alcanzado entre el gobierno de Colombia y las FARC –"Brasil está muy dispuesto a contribuir a la paz en Colombia"—y por la reanudación de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos.
En su opinión, el deshielo entre ambos países es la muestra de que no hay "antagonismos eternos" y confió en que vaya seguido de un fin del embargo económico contra Cuba.
"Queremos paz, desarrollo sostenible y respeto a los derechos humanos", proclamó Temer como resumen de los anhelos de Brasil, y pidió que todos los países sigan el ejemplo brasileño respecto a la energía nuclear, que se usa exclusivamente con fines energéticos, como está recogido en la Constitución.
El presidente también subrayó su compromiso con el medio ambiente al recordar que Brasil, que es el país con más biodiversidad del mundo y tiene "un potencial medioambiental enorme", ya ha ratificado el acuerdo del clima de París.
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También recordó a sus homólogos que en los últimos años Brasil disminuyó las desigualdades e impulsó la igualdad de género, a pesar que los más críticos con su gobierno suelen recordar que hasta hace unos días ni siquiera contaba con una ministra.