La figura tiene los ojos almendrados, la boca grande con labios gruesos y una expresión facial feroz. Según las estimaciones, puede tener hasta 4.200 años de antigüedad.

"Podemos concluir que esta pieza es excepcional, como ninguna otra que se había encontrado antes [en la zona]", afirmó Pavel German, investigador del Instituto de Ecología Humana de Kémerovo.

No obstante, algunos descubrimientos recientes han dado lugar a una nueva teoría acerca del hallazgo de Tarásov.
Así, a orillas del lago Itkol, en la república de Jakasia, dentro de una tumba de bebé, han sido encontradas ocho figurillas parecidas a los sonajeros infantiles modernos. Los investigadores creen que las piezas estaban destinadas a la protección contra los malos espíritus.
"Nuestra estatuilla muestra un gran parecido con las halladas en el enterramiento en el lago Itkol", indicó German, además de añadir que, "a pesar de la semejanza, no son completamente idénticas".
Por el momento, se desconoce cómo el dios pagano acabó en el río. Se estudian diferentes versiones, entre ellas, el saqueo de una tumba infantil. No obstante, los arqueólogos no lograron encontrar otros descubrimientos parecidos en el área.

"Es difícil vincular esta figura a algún sitio arqueológico específico de la cultura Ókunev. El más cercano se encuentra a 10 kilómetros del lugar donde fue descubierta", detalló el investigador.
La estatuilla está hecha de cuerno de venado. Además, tiene líneas en la cabeza que representan el pelo. En la parte de atrás hay un adorno que semeja una escama.

Por el momento, la estatuilla se encuentra en el Museo Histórico de Tisul.
"Es una de las piezas más significativas de nuestra colección. Se ve un poco atemorizante, pero al mismo tiempo es fascinante. Les encanta a nuestros visitantes", compartió Ekaterina Vambrikova, una empleada del museo.