"La denuncia de la Fiscalía es un truco de ilusionismo; la rueda de prensa es un espectáculo deplorable", aseguraron en un comunicado en referencia a las explicaciones dadas por el fiscal encargado del caso, Deltan Dallagnol, al que critican por no haber aportado una sola prueba.
"La farsa 'lulocéntrica' creada ataca al Estado democrático de Derecho y a la inteligencia de los ciudadanos brasileños (…) El delito de Lula para la Lava Jato es haber sido presidente de la República", lamentan los abogados.
En su opinión, el único hecho real "incuestionable" es que Lula y su esposa no son los propietarios del inmueble, que pertenece a la constructora OAS.
La defensa del expresidente remarca una vez más que ni él ni su mujer cometieron delitos de corrupción pasiva: "Si no son propietarios tampoco son beneficiarios de cualquier reforma allí hecha. No hay ningún artificio que pueda cambiar esa realidad".
Según los investigadores de la Operación Lava Jato, el apartamento en cuestión, un tríplex de lujo en la costa, habría sido reformado por OAS —una de las empresas beneficiarias de la trama corrupta de Petrobras— y entregado a Lula en agradecimiento por los favores realizados.