
"Los registros del aumento de temperatura en la Antártida no son uniformes. Existen algunas regiones orientales del continente que en los últimos 50 años no presentan diferencias de temperatura significativas. Sin embargo, algunos sectores de la península antártica han venido sufriendo aumentos. En algunos casos son superiores a los 2,5° centígrados. Esta situación es preocupante", dijo a Sputnik Rodolfo Sánchez, integrante del Programa Antártico Argentino y autor del libro 'Antártida, introducción a un continente remoto'.
Las emisiones de dióxido de carbono (CO2) suman otros peligros. "El incremento de CO2 contribuye a la acidificación de los océanos. Parte del CO2 liberado a la atmósfera se disuelve en el agua de mar y forma ácido carbónico. Las aguas antárticas son particularmente vulnerables a este proceso ya que el CO2 se disuelve más en aguas frías. Esta situación puede generar serios desequilibrios en los ecosistemas de la región", dijo el científico argentino.
Lea más: La economía mundial, en riesgo de abrasión por el calentamiento global
"Las muestras de hielo que se obtienen de las perforaciones profundas brindan información valiosa sobre la concentración de gases de [efecto] invernadero en el pasado. De este modo se pueden inferir las temperaturas que había antes. El aire atrapado dentro del hielo antártico provee datos sobre su composición, ya que al momento de formarse los hielos, esas burbujas quedaron atrapadas y aisladas del mundo exterior. Conociendo la composición del aire en el pasado es posible saber la variación en la concentración de gases de invernadero y los sucesivos climas", explicó el científico.
De esta forma se comprobó que la concentración de dióxido de carbono es un 30% mayor en la actualidad que hace 650.000 años, y que la presencia de gas metano es hasta un 100% mayor que en el mismo período.
Le puede interesar también: Fotos de glaciares de la Patagonia tomadas desde la EEI confirman el calentamiento global
"Estos incrementos de las concentraciones de los gases de invernadero desde mediados del siglo XIX exhiben una alta correlación con los cambios observados en la temperatura de aquellos tiempos. Por lo tanto, se puede inferir que la actividad humana habría sido responsable de la modificación de estos parámetros climáticos", concluyó Sánchez.