El austero presupuesto económico de 2017 "es muy duro y avanza de manera firme con la despetrolización de las finanzas públicas", dijo el funcionario que reemplazó a Luis Videgaray, quien renunció la semana pasada tras idear y organizar una visita de Donald Trump a México.
Una de las causas del recorte es la reducción. No son solo los bajos precios del crudo, sino la bajada de la producción petrolera, que pasa de los 2,0 millones de barriles diarios y, por primera vez desde 1980, caerá a 1,9 millones de barriles al día, la cifra de extracción de hidrocarburos más baja en 37 años, frente a los 2,13 millones de toneles diarios en promedio, reportados en el primer semestre de 2016.
El precio estimado es de 42 dólares por barril, mientras que en realidad ha sido de 36 dólares en este año, y las ventas mexicanas de crudo también seguirán bajando: de los 976.000 barriles al día en lo que va de 2016 a solo 775.000 diarios en 2017, una de las más bajas plataformas de exportación de su historia.
"Estamos en medicina preventiva; la economía mexicana no está en medicina curativa; no está en terapia intensiva; no está ni siquiera en terapia media", explicó Meade, quien ha vuelto a la cartera de Finanzas, que encabezó en el Gobierno de Felipe Calderón.
Bajar gasto, deuda y trabajadores petroleros
El recorte al gasto, afectado por el derrumbe de los precios mundiales del crudo, permitirá un superávit del gasto por primera vez desde casi una década, logrado por última vez en 2008.
Con la advertencia de las calificadoras internacionales de la deuda pública, que cambiaron la perspectiva económica de México, de "estable" a "negativa" para los próximos dos años, el tamaño del recorte "es dos veces y media el presupuesto de la secretaría de Desarrollo Social y es 22 veces el presupuesto de la Cancillería", explicó Meade a Excélsior.
En ese marco, el proyecto de presupuesto enviado la semana pasada al Congreso obliga al Gobierno a "privilegiar estabilidad en los ingresos tributarios".
En cuatro años, el padrón de contribuyentes creció un 40%, más de un 130% de firmas electrónicas en comparación con 2012, y recibe 200 facturas cada segundo.
Y los despidos de trabajadores petroleros siguen en marcha: el presupuesto enviado al Congreso indica que en 2016 Pemex tendrá un recorte de casi 9.000 puestos de trabajo en la petrolera estatal —8.997 plazas—.
A mediados de 2016 la empresa petrolera del Estado reportó 131.800 empleados, una drástica reducción de puestos de más de 6.500 respecto al cierre de 2015.
Los límites a la contratación de deuda también son tajantes para Pemex: para 2017 el presupuesto contempla un techo de endeudamiento interno y externo de Pemex mucho menor que el que se permitió durante 2016: 28.000 millones de pesos en México —unos 1.500 millones de dólares— y deuda externa de hasta 7.100 millones de dólares en los mercados internacionales.
Finalmente, Pemex, que reportó pérdidas por más de 40.000 millones de dólares en 2015, cargará de nuevo con un 40% del recorte al gasto público con alrededor de 100.000 millones de pesos —unos 5.600 millones de dólares—. La industria petrolera del que fue el décimo productor mundial de crudo, ya es solo el 6% de las exportaciones totales, y la tendencia es a la baja.