La mandataria surcoreana, en una entrevista a Sputnik, confirmó su intención de discutir acerca del problema norcoreano con Vladímir Putin.
Corea del Sur respondió a estas acciones con unas maniobras a gran escala acompañadas por declaraciones agresivas, algo que, según Yermakov, demuestra que Seúl no está dispuesta a dialogar con el Norte. A su vez, Park Geun-hye manifestó a Sputnik que esta fue una "reacción natural" de la República de Corea a las amenazas de Kim Jong-un de realizar un ataque nuclear contra Seúl.
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"La 'victoria' de una de las partes en este conflicto no es de nuestro interés —de Rusia—, sino del de la estabilidad y la tranquilidad en la región", dijo Yermakov.
Junto con las maniobras, aparecieron informaciones sobre el posible despliegue del sistema THAAD en suelo surcoreano para 'contrarrestar' el peligro que proviene de Pyongyang. Además, surgieron propuestas sobre la creación de un submarino nuclear surcoreano, o equipar con misiles de la clase SM-3 a los destructores llamados Sejong El Grande, entre otras medidas.
"El emplazamiento del THAAD es una medida de autodefensa… no hay razones para apuntar el THAAD contra cualquier tercer país", señaló.
Aun así, los expertos ponen en duda estas declaraciones, ya que el alcance de este sistema se extiende incluso hasta el territorio chino y del Lejano Oriente ruso, por lo tanto, el único beneficiado por esta situación —el emplazamiento del THAAD— será Washington, que quiere usarlo para legitimar y justificar el cambio de enfoque de su poderío militar hacia la cuenca del Pacífico. En este sentido, los escándalos protagonizados por Kim Jong-un refuerzan a EEUU.
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Moscú se ha solidarizado con Seúl al rechazar la salida de Pyongyang del Tratado de No Proliferación Nuclear, pero llama a no desarrollar una política de presión sobre Corea del Norte. Este es un país altamente militarizado y que posee armas nucleares, así que intentar conquistarlo mediante una acción militar podría desembocar en un ataque nuclear preventivo o en un golpe de represalia.