El nuevo alto el fuego se enmarca en la tregua que fue pactada en Minsk en febrero de 2015 y que hasta la fecha no ha derivado en un cese total de los enfrentamientos.
El sábado durante los debates en el Foro Económico de Vladivostok, el presidente Putin instó al régimen ucraniano a cumplir los acuerdos de Minsk para poner fin al conflicto en las provincias de Donetsk y Lugansk.
Asimismo llamó a los Gobiernos de Estados Unidos, Alemania y Francia a influenciar a Kiev para acabar con la crisis.
Por su parte, Merkel y Hollande, en una declaración conjunta emitida el 1 de septiembre, expresaron su inquietud por la situación en el este de Ucrania, en concreto en la línea de separación entre las tropas del régimen ucraniano y las milicias.
En abril de 2014, el Gobierno de Ucrania lanzó una operación militar contra Donetsk y Lugansk, que se habían proclamado repúblicas independientes tras el violento cambio de poder en Kiev en febrero del mismo año.
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Las hostilidades han dejado más de 9.500 muertos y más de 22.000 heridos, según datos de la ONU.