Rusia ha dado un paso más en su avance tecnológico al desarrollar sus propias tecnologías para la extracción de petróleo de esquisto de difícil acceso —también conocido como 'fracking'—. El descubrimiento tiene una gran relevancia debido a que las sanciones occidentales impuestas contra el país eslavo impidieron el acceso a este tipo de equipos. En esta ocasión, las sanciones estimularon el desarrollo nacional.
Recientemente, Rusia puso a prueba sus propias tecnologías de extracción en pozos petrolíferos de Siberia Occidental, concretamente en la llamada Formación de Bazhenov —donde están ubicados los yacimientos de petróleo de esquisto—. En el momento álgido de la aplicación de sanciones a Rusia, fueron precisamente este tipo de equipos los que Washington incluyó en la lista de cosas de las que se quería privar a Rusia, informa el diario Vzglyad.
Estas pruebas exitosas permiten ahora que el Gobierno ruso empiece a apostar también por los hidrocarburos de difícil acceso.
El viceministro de Energía ruso, Antón Iniútsin, declaró a Sputnik que la razón principal para invertir en el petróleo de esquisto es la viabilidad económica, que ha ido en aumento durante los últimos 5 o 7 años. Según el responsable, en varios yacimientos es más rentable conseguir el 'oro negro' con este tipo de sistemas.
Iniútsin declaró también que se siguen desarrollando tecnologías de este tipo en el país eslavo debido a que no pueden comprarse en EEUU. A parte de las sanciones, la topología de los yacimientos en los dos países también difiere considerablemente.
"Por ello hay que continuar con el desarrollo de estas tecnologías —varias empresas ya las han elaborado— y lograr que sean más baratas. Aquí volvemos al tema de la viabilidad económica", expuso.