"Fue claramente prematuro incluir tantas tecnologías no probadas en el buque", declaró Frank Kendall en la nota del 23 de agosto dirigida a Ray Mabus, secretario de la Marina de Guerra de EEUU.
La Armada tiene previsto empezar la operación del Ford, designado CVN-78, por todo el mundo en el año 2021, así que hay tiempo para corregir los defectos antes de las posibles operaciones de combate, opina Anthony Capaccio, autor del artículo de Bloomberg. Sin embargo, actualmente, la resolución de los problemas es crítica para el éxito de la embarcación.
La nota de Kendall incluye cinco áreas de tecnología que deben ser revisadas, incluyendo elementos de sistemas de propulsión y eléctricos, así como sistemas de lanzamiento y recuperación y un nuevo radar de banda dual que, según el funcionario del Pentágono, tiene "problemas de integración" en el Ford.
"Lo que tenemos que decidir ahora, es si más vale 'mantener el rumbo' o ajustar nuestros planes", especialmente en relación al segundo y tercer buque de esta clase, —un programa de 42.000 millones de dólares, según estimaciones actuales—, insistió Kendall.
A medida que se acerca la entrega del buque, "mi preocupación acerca de la fiabilidad de estos sistemas se mantiene y el riesgo de que el buque no tenga éxito en el combate crece ya que estos problemas de fiabilidad siguen sin resolver", añadió Gilmore.
La Marina estadounidense está programando la entrega del vehículo para el final de este año. No obstante, Mike Kafka, portavoz de la Armada de EEUU, advirtió que "puede que haga falta revisar esta fecha a medida que se realicen las pruebas a bordo".
Cabe recordar que la fecha de entrega del costoso buque ya se ha aplazado varias veces. Inicialmente, el portaviones debía haber sido puesto a servicio de las Fuerzas Navales en septiembre de 2014.