De acuerdo con la cadena ABC, el servicio de seguridad del bar de ambiente redujo al presunto artífice de la acción antes de que llegara un coche patrulla policial.
Los recipientes con lubricante tienen un sistema de alarma que empieza a sonar cuando alguien trata de introducir en ellos alguna sustancia perniciosa. Los propietarios del local han comunicado que tuvieron que instalarlo después de que se produjeran varios incidentes similares.
Ahora, al hombre se le acusa de posesión ilegal de sustancias tóxicas y su uso premeditado para infligir lesiones a personas.
Varios medios locales comunican que los motivos del presunto criminal aún se desconocen, si bien no se descarta que haya cometido el crimen guiado por el odio hacia los homosexuales.