Sobrevivir en la calle no es tarea fácil. Se requiere temeridad y astucia. Lagrimón, un hombre que vive en las calles de la capital colombiana, tiene un poco de las dos. Para conseguir algo de dinero, este embustero pone en escena un original acto en el que interpreta a un trabajador gastronómico. Vestido de blanco, se para en medio de la calle y con lágrimas en el rostro observa una bandeja con comida tirada en el suelo. La gente que presencia el acto, acongojada, se le acerca y le ofrece algún billete.
Hay quienes hacen amenazas en tono de broma. "Yo le di 20.000 pesos [unos siete dólares]. Fue en frente de la estación Flores. Hasta hoy me entero que es un estafador. Vendetta", publicó en el sitio Jev Vargas el 12 de agosto. O como Juan Levi quien el 8 de agosto escribió: "El día que me lo encuentre va a tener motivos para llorar en serio".
Otros recuerdan sus encuentros con el personaje con cierto humor. "La primera vez que vi a este hombre fue en el año 2010 en TransMilenio [sistema de transporte de Bogotá], en la estación de Santa Lucía. Llevaba merengones [un postre típico de Colombia hecho a base de huevo y azúcar]. Me acuerdo que llovía y en medio del bus dejó caer la bandeja. Cuando se puso a reunir [juntar dinero] me puse a hacer cuentas y salía más barato comprarlos que lo que la gente le había dado. Hasta yo caí", escribió Mariela González Alfonso en el muro del sitio el 9 de agosto.
Si es que quiere seguir sobreviviendo y mientras los bogotanos sigan hablando de él en las redes sociales, Lagrimón deberá improvisar un acto nuevo.