En busca de respuestas, Sputnik ha entrevistado a varios altos cargos turcos y les acerca su visión de lo que está sucediendo.
"Mediante la operación en Yarabulus, Turquía tiene la intención de garantizar la seguridad de las zonas fronterizas, así como prevenir la formación de un 'corredor kurdo'. Para ello será necesario llegar hasta Manbij, es decir, esta operación no se limita solo a Yarabulus", comentó Hakki.
El exagente agregó, además, que esta operación militar ha podido realizarse solo después de obtener el consentimiento de Rusia, EEUU, Irán y, con gran probabilidad, el de Siria.
Serkan Demirtas, analista político de Hurriyet Daily News concuerda con las declaraciones de Hakki.
"Se puede decir que la actual operación en Yarabulus ha sido posible gracias al restablecimiento de las relaciones entre Turquía y Rusia. Sin el consentimiento de Moscú, esto no hubiese tenido lugar o se hubiese realizado de una forma diferente. Por ejemplo, sin la participación de la Fuerza Aérea turca", expresa Demirtas.
En su comentario a Sputnik, Demirtas opinó, además, que el proceso de normalización de las relaciones entre Turquía y Rusia está acompañado por un cambio de política respecto a Damasco por parte de Ankara, lo que también le permitió ampliar los límites de sus maniobras en la zona.
En especial, justo antes de la operación otomana en Yarabulus, apareció información de que altos cargos de la Organización Nacional de Inteligencia turca (MIT) se reunieron en Damasco con sus colegas sirios.
Según se informa, entre las personas que tomaron parte en las negociaciones, se filtró el nombre del exjefe de la inteligencia militar turca, el mencionado Ismail Hakki Pekin.