"La interferencia en asuntos internos de otro Estado es una violación del Capítulo VII de la Carta de la ONU. Esto es lo que sucedió: Turquía, sin el consentimiento de Siria, violó la soberanía del país en la lucha contra el terrorismo", señaló Sakif.
Según él, si la verdadera intención de Turquía fuese luchar contra Daesh —organización terrorista proscrita en Rusia y en otros países—, nada le impediría coordinar sus acciones con las autoridades sirias de manera legal.
María Saada, miembro del Parlamento sirio, coincidió en que las acciones otomanas configuran un acto de agresión y que Siria tiene pleno derecho de responder a esa violación de las leyes internacionales, pero, "debido a las condiciones de guerra en el país, esta decisión se aplazará hasta un momento más apropiado", afirmó la política a Sputnik.
"La operación de las tropas turcas en Yarabulus hará aún más confuso y complicado el problema kurdo en Turquía y en Siria. Los sirios kurdos del Partido de Unión Democrática y las milicias kurdas del YPG creen que la operación de Turquía es un intento de invadir Siria y violar su soberanía", subrayó Erman Cete, experto en Oriente Próximo y periodista del portal de noticias turco Sol Haber.
"Los líderes turcos han cambiado bruscamente su estrategia de política exterior y decidieron participar en operaciones antiterroristas multilaterales. Por lo tanto, Ankara sigue una política de asegurar sus intereses nacionales y su seguridad interna. Este es un paso positivo", concluyó el politólogo.