Estas reuniones permitieron acuerdos en "las iniciativas y programas de cooperación que promueven estos organismos a través de sus oficinas en México, así como explorar áreas de oportunidad para mejorar y ampliar dichos programas", dijo la oficina de la canciller.
Maurer señaló el papel de México en América Latina, en temas como "el impacto del tráfico ilícito de armas, y ofreció el apoyo para llevar a la práctica el Tratado sobre el Comercio de Armas".
México ha pedido al Congreso de EEUU que instaure nuevamente la restricción a la venta de armas de alto poder, abolida en 2005, que ha generado violencia en la frontera, donde se localizan 9.000 armerías de las 56.000 establecidas en el país vecino.
La embajadora también se comprometió a colaborar con el director general de la OIM, William Swing —que está en proceso de incorporarse a la ONU—, para "coordinar más eficazmente los esfuerzos multilaterales para la protección de los migrantes".
Asimismo, la canciller mexicana se comprometió con el titular de ACNUR, Filippo Grandi, a desarrollar "capacidades institucionales y de protección de refugiados".
Grandi y Ruiz analizaron la situación humanitaria de los refugiados y desplazados en el mundo y procedentes de Centroamérica, con vistas a la cumbre sobre la situación global de los refugiados, programada para el 20 septiembre de este año en Nueva York.
En lo que va del Gobierno de Enrique Peña, que inició en diciembre de 2012, han sido deportados alrededor de 500.000 migrantes, de ellos 300.000 han pasado por la estación migratoria de Tapachula, ciudad fronteriza con Guatemala, y las organizaciones defensoras de los derechos de los migrantes acusan a México de hacer en "trabajo sucio" para impedir su llegada a la frontera con EEUU.