El periódico destaca que Rusia ha probado que es capaz de asestar golpes prácticamente desde cualquier dirección en la región: desde Irán, desde los buques en el Caspio y el Mediterráneo así como desde la base aérea de Hmeymim en Latakia.
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El 19 de agosto los buques Zeleny Dol y Serpukhov de la Flota del Mar Negro realizaron tres lanzamientos de misiles de crucero Kalibr contra los objetivos del grupo terrorista Frente Fatah al Sham —anteriormente conocido como Frente al Nusra, proscrito en Rusia y otros países— en Siria. A raíz de los ataques, fueron destruidos un puesto de mando y una base de los terroristas en la localidad de Dar Taaza, así como una planta de fabricación de munición para morteros y una gran armería en la provincia de Alepo.
Tres días antes, el 16 de agosto, el Ministerio de Defensa comunicó que los bombarderos rusos Tupolev Tu-22M3 y Sukhoi Su-34, al despegar desde la base aérea de Hamadán, en la República Islámica de Irán, atacaron los objetivos de los grupos terroristas Daesh y Frente Fatah al Sham (proscritos en Rusia y otros países) en las provincias de Alepo, Deir Ezzor e Idlib.