Según él, las informaciones de que las tropas gubernamentales impiden supuestamente el acceso de convoyes humanitarios provocando la falta de agua potable y medicinas "no se corresponden en absoluto con la realidad".
"No se puede afirmar que las necesidades de los habitantes de las zonas controladas por el Ejército se cumplan en su totalidad, pero la situación allí es mucho mejor que la que hay donde operan los rebeldes", subrayó.
Se abrieron varios corredores para que civiles y rebeldes sin armas pudieran abandonar la ciudad y uno más, para la salida de insurgentes armados.
Los rebeldes intentan romper el cerco de las tropas gubernamentales que mantienen bloqueadas en el este de Alepo a considerables fuerzas enemigas, incluyendo a mercenarios extranjeros que combaten del lado de los terroristas.
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