El cráneo con un agujero en la parte trasera encontrado en la región rusa de Krasnoyarsk, en Siberia —donde hace 3.000 años vivieron diversos pueblos indígenas—, tiene las marcas propias de haber pasado por una intervención quirúrgica exitosa.
Los expertos están seguros de que la intervención se realizó por motivos médicos y no formaba parte de un ritual religioso. Las conclusiones de su estudio son ciertamente sorprendentes.
El trabajo de los científicos logró descubrir que en el tiempo que duró la operación, el paciente permaneció acostado. El cirujano pudo haber mantenido fija la cabeza del enfermo con su mano izquierda o entre sus piernas mientras lo operaba con la mano derecha.
Los 'médicos' atravesaron la piel del paciente y su cráneo con una herramienta para realizar la trepanación. A juzgar por la forma del agujero, los profesionales de la época trepanaron la cabeza con un tipo de espátula en vez de con un cuchillo u otro objeto punzante.
El autor de la operación también tuvo en todo momento un asistente que le ayudó con la delicada tarea y le fue entregando las herramientas necesarias. También el 'médico' pudo haber alterado el estado de consciencia del enfermo mediante algunos estupefacientes como la marihuana o las setas para aliviar su dolor.
Para minimizar la pérdida de sangre y aumentar las posibilidades de supervivencia del paciente, la intervención debía ser rápida y realizada por un cirujano experimentado.
El paciente logró sobrevivir a la operación, pero acabó muriendo a causa de la inflamación de la herida.
Este cráneo estudiado en Siberia no es el indicio más antiguo que se tiene sobre trepanaciones en la región rusa dado que existen diversos testimonios de la realización de este tipo de cirugías durante el Neolítico. Lo que hace a este caso especial es que, según el medio, es el hallazgo más investigado hasta la fecha.