Lavillenie, anterior campeón olímpico de salto de pértiga, perdió ante el brasileño Thiago Braz, que se llevó una inesperada medalla de oro, pero la noche en el estadio olímpico estuvo marcada por los abucheos que recibía cada vez que iba a dar un salto, hasta el punto de que hizo un gesto contrariado con las manos.
Para el portavoz del COI, Mark Adams, la pasión tiene que dirigirse de una forma mejor: "Tenemos que preguntarnos si esa pasión está siendo bien dirigida, muchas personas están amando los Juegos y espero que canalicen esa pasión de una forma positiva", ha dicho este martes en rueda de prensa.
La indignación con la actitud del público brasileño llegó a tal punto que justo después de competir el atleta francés la comparó a la del público de la Alemania nazi en los Juegos Olímpicos de Berlín en 1936.
"En 1936 el público estaba contra Jesse Owens, desde entonces nunca más vimos eso, no existe fair play del público, los abucheos son para el fútbol, no para el atletismo", lamentó.
La comparación con la Alemania nazi encendió aún más los ánimos entre los brasileños, que este martes intensificaron las críticas contra el atleta francés en las redes sociales.