El NK-32 es un motor único por sus características, dado que es capaz de funcionar como un propulsor a reacción y también de cohetes, una ventaja que permite a la aeronave volar tanto en la atmósfera como en la estratosfera, explicó Andréi Fomín, un experto en tecnologías de aviación citado por el diario.
Con el NK-32, los Tu-160 pueden ascender hacia los límites del espacio, a unas velocidades de unos 2.000 kilómetros por hora, para escapar de los cazas enemigos. En estos momentos, la tripulación incluso se viste con escafandras que se parecen mucho al equipo de los cosmonautas.
Según dice el experto, el concepto del NK-32 supuso el primer paso del desarrollo de otras versiones posteriores del motor de mayor tamaño y potencia, algo que fue señalado como una de las razones para modernizar la versión existente en vez de desarrollar un nuevo propulsor.
El modernizado NK-32 contará con un nuevo compresor centrífugo y un sistema digital de conducción Fadec, que garantizará no solo el funcionamiento óptimo —en ambos modos de vuelo— sino también el ahorro significativo de combustible.
La producción del NK-32 original fue suspendida en 1993 pero el Ministerio de Defensa decidió resucitar y modernizar el propulsor gracias a su capacidad de impulsar aviones más pesados, crucial para los futuros proyectos de la aviación estratégica rusa como el proyecto Pak Da —nuevo bombardero estratégico ruso—, así como para obtener más experiencia con los motores con capacidad estratosférica, algo muy útil de cara al diseño y creación de las aeronaves del futuro.