"Los combates, la ausencia de los servicios básicos, incluida el agua y la electricidad, representan una amenaza directa a la vida de casi dos millones de personas para las que es extremamente difícil recibir la asistencia médica básica", dice una declaración del presidente del CICR, Peter Maurer.
Señaló que las pausas humanitarias regulares son necesarias para suministrar ayuda humanitaria y tener tiempo para reparar las infraestructuras básicas.
El presidente del CICR caracterizó la situación en Alepo como "uno de los peores conflictos devastadores de la actualidad".
Denunció los ataques y los combates que se intensificaron recientemente al subrayar que causaron centenares de muertos y provocaron daño a las infraestructuras de la ciudad.
"Nadie y en ninguna parte se siente seguro", constató.
El 28 de julio, Rusia y Siria lanzaron una amplia operación humanitaria en la ciudad de Alepo, la segunda más grande en el país árabe y escenario de intensos enfrentamientos en los últimos meses.