El decreto entró en vigor el 6 de agosto de 2015 y en un año, según las autoridades fitosanitarias, fueron destruidos 7.300 toneladas de frutas y verduras y 228,6 toneladas de productos de origen animal que habían entrado de contrabando en el país.
En agosto de 2014 Rusia respondió con un embargo alimentario a las sanciones que le impusieron varios países occidentales por su supuesto papel en la crisis ucraniana.
Según las estimaciones del Ministerio ruso de Desarrollo Económico, la Unión Europea, EEUU, Canadá, Noruega y Australia pierden en conjunto un total de 8.600 millones de dólares anuales por las contramedidas rusas.