Destacó que "Daesh es un enemigo complicado, sagaz y peligroso no solo de nuestro país, sino también de Italia, Europa y del mundo entero" e indicó que ese grupo "utilizará cualquier medio para enviar a sus combatientes a Italia y Europa", así como no excluyó la presencia de terroristas entre los migrantes que llegan constantemente a las costas europeas por el Mediterráneo.
"Debemos juntos solucionar este problema; Daesh representa una amenaza para todos nosotros igualmente", subrayó.
Al explicar la decisión libia sobre la solicitud de ayuda de EEUU, que comenzó el 1 de agosto a lanzar ataques contra Daesh cerca de la ciudad de Sirte, Al Sarraj señaló que eso se realizó para "prevenir las futuras pérdidas entre la población civil y nuestros soldados".
Además, Al Sarraj expresó su esperanza de que los terroristas de Daesh en Sirte sean derrotados muy pronto.
También evaluó altamente la posición italiana que apoyó a Libia y tras el inicio de los ataques estadounidenses contra Daesh en Sirte expresó su disposición a conceder sus bases militares y espacio aéreo para garantizar esa operación.
De momento, según el primer ministro, Libia pide a Italia "cualquier ayuda que pueda dar".
Subrayó que "el mando militar debe obedecer a los políticos del país, no puede existir un Estado con dos Ejércitos" y abogó por la creación en Libia de una cadena de mando militar única que responderá ante las autoridades.
"Confiamos con firmeza en que nuestro país aplique a estos principios; será el medio más eficaz para vencer a Daesh, estabilizar a Libia y cooperar con la comunidad internacional", recalcó.
La Fuerza Aérea de EEUU lanzó el primer ataque a las posiciones de Daesh en Sirte el 1 de agosto, a petición del Gobierno de Al Sarraj.
Paralelamente, desde junio pasado continúa una operación terrestre a cargo de las milicias de Misurata, leales a las nuevas autoridades.
Libia atraviesa una profunda crisis desde 2011, año en el que fue derrocado y asesinado Muamar Gadafi, quien fuera su líder durante varias décadas.
Sin embargo, algunos territorios de Libia permanecen bajo el control de yihadistas vinculados con el grupo terrorista Daesh o el autoproclamado Estado Islámico, proscrito en numerosos países, incluyendo Rusia.