Este organismo internacional acordó el pasado día 20 apoyar a Libia en la elaboración de un plan para destruir las armas químicas, decisión que la resolución respalda debido al alto riesgo de que este tipo de armamento caiga en manos de terroristas que operan en el país norteafricano.
Redactado en virtud del Capítulo VII de la Carta de la ONU, el documento autoriza a "Estados miembros a obtener, controlar, transportar, transferir y destruir armas químicas identificadas por el director general de la OPAQ (…) para asegurar la eliminación de los arsenales químicos libios de forma más rápida y segura".
También se autoriza a prestar apoyo al Gobierno de unidad nacional proporcionando "personal, expertos técnicos, información, equipamiento, ayuda financiera y con otros recursos".
Los elementos restantes, que son menos tóxicos y se usan en la industria, pero también podrían ser utilizados para fabricar armas; según lo previsto, su destrucción debía finalizar antes de diciembre de 2016.
La resolución aprobada este viernes indica que las autoridades libias notificaron el traslado del arsenal químico restante a un almacén en el norte del país.