Este tipo de fuego proporciona una combustión altamente intensa que no deja rastros. De ahí que Michael Gollner, de la Universidad de Maryland, y sus colegas, investigaran las perspectivas de este fenómeno peligroso para combatir los derrames de petróleo incinerando el hidrocarburo por completo.
Tratando de recrearlo en condiciones de laboratorio, Gollner y sus colegas consiguieron ver algo jamás descrito: un pequeño y estable torbellino de fuego azul, informan los científicos en una publicación de PNAS.
El color azul es muy importante, dicen. El amarillo indica que la llama no cuenta con el oxígeno suficiente para quemar completamente el combustible. El color azul, por su parte, revela una combustión total y sin desechos.
Los autores creen que si aprenden a controlar la llama azul, es probable que encuentren una gran cantidad de aplicaciones útiles.