De esta manera, se podrá asegurar el estable funcionamiento de los reactores de este tipo, según ha comunicado el servicio de prensa del centro.
Los equipos termonucleares se crean con el fin de intentar usar la reacción termonuclear que se produce, en particular, en el Sol, para obtener energía eléctrica. En caso de éxito, la humanidad podrá contar con una fuente de energía prácticamente inagotable. El proyecto más relevante en este ámbito es el Reactor Termonuclear Experimental Internacional —ITER, por sus siglas en inglés—, que se está construyendo en Francia.
El mecanismo de formación de los arcos unipolares no está aún bien estudiado, de modo que las investigaciones sobre la cuestión tienen carácter prioritario.
La interacción del plasma con el wolframio, un elemento que forma parte de la pared del reactor, causa la formación en la superficie metálica de la vasija del reactor de una enorme cantidad de pelitos de decenas de nanómetros de diámetro y de hasta un micrón de longitud. Los científicos los denominan la 'nanopelusa de wolframio'.
¿Cómo evitar los daños?
Dmitri Sinélnikov, investigador del Departamento de Física del Plasma de MEPhI, descubrió, haciendo prácticas en la Universidad de Nagoya, en Japón, que, tras la formación de los arcos unipolares, la 'nanopelusa de wolframio' queda recubierta por unas estructuras que recuerdan a los copos de nieve.
"Además de que simplemente son unas figuras preciosas, los cráteres en forma de copo de nieve podrán ayudar a entender mejor el mecanismo del movimiento del arco por la superficie", señala Sinélnikov, citado por un comunicado de prensa.
Según los autores del proyecto, la investigación de este fenómeno ayudará a prevenir la formación de arcos unipolares dañinos en los equipos termonucleares, garantizando así su mejor funcionamiento.