El último vuelo efectuado por los bombarderos B-52 norteamericanos —capaces de llevar bombas nucleares— a lo largo de la costa ártica de Rusia no violó ninguna regla ni acuerdo internacional. Los expertos señalaron que fue una situación ordinaria puesto que los bombarderos rusos también realizan vuelos al extranjero, incluso cerca del espacio aéreo de Estados Unidos, Japón y otros países.
Los expertos subrayan que no hay razones para preocuparse porque toda la costa ártica rusa —desde la frontera con Noruega en el oeste hasta el límite marítimo con EEUU en el este— está equipada con puestos de control aéreo, unidades de reconocimiento radiotécnico y espacial y radares.
"Cualquier incursión de las aeronaves militares o civiles extranjeras en el espacio aéreo del Ártico es vigilada por las fuerzas de la defensa antiaérea rusa", comentó el Estado Mayor ruso.
Sin embargo, ¿por qué lo hicieron exactamente? Esta ha sido la primera vez que los aviones estratégicos se han aproximado tanto al territorio ruso —volaron solo a unos 70-150 kilómetros de la frontera rusa—. Esto se explica por el hecho de que Rusia ha aumentado significativamente su presencia en el Ártico en los últimos años.
Si antes la región 'abandonada' tras la disolución de la URSS no inquietaba mucho a Washington —que estaba seguro de ser capaz de apoderarse de sus riquezas naturales en cualquier momento, añadió el autor—, ahora que Rusia reclama sus derechos, Estados Unidos se siente obligado a 'marcar su presencia' allí.
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Los norteamericanos dividieron esta región en zonas de influencia entre sus Mandos militares y reunieron al denominado Consejo Ártico junto con los canadienses, daneses, noruegos e ingleses, haciendo caso omiso a Rusia.
"Y de repente se dio a conocer que el Ártico tiene un dueño real, bien armado y dispuesto a defender su territorio", explicó el autor de la nota.
En este sentido, Washington no tiene otra opción que enviar sus aviones para demostrar su fuerza, porque no puede enviar un portaviones al mar de Barents sin un rompehielos —un tipo de embarcación que no posee—.
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Por lo tanto, no cabe duda de que los bombarderos estratégicos intentarán sobrevolar de nuevo las proximidades de las fronteras de Rusia.
"Es el único método de proyectar fuerza en el Ártico que tienen, pero de todos modos es una amenaza tangible que Rusia debe monitorear", concluyó el autor.