A juicio del experto, la principal 'amenaza' es la debilidad de Occidente, y no el poder del Ejército ruso. Moscú debe entender que "no alcanzará victorias militares fáciles".
En segundo lugar, la OTAN debe desarrollar sus Fuerzas Aéreas. A juicio del autor, "son muy importantes para destruir los sistemas antiacceso y de negación área (A2/AD por sus siglas en inglés) rusos desplegados en Kaliningrado y otros sitios". Según el experto, la OTAN tiene que mejorar la logística e infraestructura de las Fuerzas Aéreas y adquirir los cazas de quinta generación, lo que "cambiará el balance de las fuerzas aéreas en Europa".
En tercer lugar, la Alianza necesita un sistema de defensa antiaérea y antimisiles integrado, similar al de Rusia. Gouré destaca que la instalación de la base de defensa antimisiles de la OTAN en Rumanía ha sido el primer paso en esta dirección.
Además, la Alianza tiene que "redescubrir la lucha radioelectrónica", abandonada tras el fin de la guerra fría. "Existe una escasez de sistemas, de personal y de concepto para llevar una lucha radioelectrónica moderna", comentó el experto.
Durante la cumbre de Varsovia, celebrada en julio, la OTAN aprobó el despliegue de batallones multinacionales en Estonia, Letonia, Lituania y Polonia de una dimensión sin precedentes.
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Por su parte, Moscú ha declarado en reiteradas ocasiones que no quiere escalar la tensión en las relaciones con Occidente, pero el refuerzo de la Alianza cerca de sus fronteras requerirá medidas de respuesta. Las autoridades rusas han subrayado que están abiertas al diálogo, pero solo si se toman en cuenta los intereses de ambas partes.