La fabricación de las primeras bombas modernizadas comenzará en 2020 y durará hasta 2024.
La autorización del programa de extensión de vida de las ojivas (LEP, por sus siglas en inglés) es la etapa final antes del comienzo de la fabricación masiva.
Según los informes, a diferencia de las bombas de caída libre, la B61-12 es una bomba nuclear guiada. El nuevo kit de montaje de la cola de la bomba, fabricado por la empresa Boeing, permite a las bombas atacar los objetivos de manera más precisa.
La tecnología 'dial-a-yield' (potencia ajustable, en español), la fuerza explosiva de la bomba puede varias desde 50.000 toneladas hasta unas 300 toneladas de dinamita. Además de esto, la B61-12 tendrá la capacidad de explotar no solo en el suelo sino también en el aire.
Según los informes, la B61-12 reemplazará a las bombas B61-3, —4, —7 y —10. Se estima que unas 480 bombas se fabricarán hasta mediados de los años 2020.
Actualmente, unas 200 bombas del proyecto B61 están desplegadas en unos 90 hangares protegidos situados en 6 bases de los países de la OTAN (Bélgica, Alemania, Italia, los Países Bajos y Turquía). Al mismo tiempo, solo dos bases —se trata de la base turca de Incirlik y la base italiana situada en Aviano— utilizarán los aviones estadounidenses.
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En septiembre pasado, la cadena alemana ZDF declaró, citando un documento oficial del Pentágono, que las Fuerzas Aéreas de EEUU desplegarán las bombas nucleares modernizadas B61 en la base aérea alemana de Büchel.
"En otras palabras, la bomba termonuclear modernizada estadounidense ha sido destinada para utilizarse en Europa en el próximo cuarto de siglo. No obstante, Washington no especifica cómo y de quién va a defender el continente las bombas modernizadas. Sin embargo, es fácil de adivinar que las bombas termonucleares serán utilizadas para 'detener' a Rusia, y el resto de Europa será rehén de las circunstancias orquestadas desde el otro lado del océano".
Recordemos que en septiembre de 2015, el portavoz del Kremlin Dmitri Peskov calificó a las acciones de EEUU como una "violación del equilibrio estratégico en Europa", lo que obligará a Rusia a tomar medidas de respuesta necesarias para restaurar el balance.