"Entre enero y junio de 2016, el Gobierno resignó 1.691 millones de dólares", explicó el director del Centro de Economía de Política Argentina (CEPA), Hernán Lechter.
A su vez, eliminó por completo el gravamen al girasol, al trigo y al maíz, que pagaban respectivamente un 32%, un 23% y un 20%.
Según dijo entonces Macri, el objetivo era "duplicar la capacidad de producción".
Sin embargo, el Gobierno recaudó poco más de la mitad de lo que podría haber recibido, consideró Lechter.
"En lo atinente a los beneficios al agro, en el primer semestre de 2016 el Gobierno tendría que haber recaudado en concepto de retenciones 4.065 millones de dólares, mientras que —producto de las quitas— solo recaudó 2.374 millones de dólares, es decir, la mitad de lo que tendría que haber percibido", sostuvo el director del CEPA en base a un informe de su organismo.
A esto se le suma la devaluación del 40% que sufrió la moneda local, desde que a finales de ese año se levantaran las restricciones al cambio de divisas extranjeras.
Con un dólar que supera en la actualidad los 15 pesos, "solo para los industriales de oleaginosos y los exportadores de cereales, la transferencia de ingresos del Estado al sector representa unos cinco millones de dólares adicionales", explicó el director de CEPA.
Liquidaciones similares
Salvo en 2015, cuando la expectativa de las elecciones presidenciales afectó la liquidación de las exportaciones agropecuarias, las cifras del primer semestre de 2016 no difieren de aquellas correspondientes al mismo período de años anteriores.
Con la excepción de 2010, cuando durante los primeros seis meses de ese año se liquidaron poco más de 13.000 millones de dólares, en los tres años siguientes las liquidaciones del primer semestre rondaron los 15.000 millones de dólares.
Entre enero y julio de 2014 la liquidación superó los 16.000 millones de dólares.
Por la quita de retenciones, resumió Letcher, "no hay un efecto de mayor liquidación".
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Sin embargo, según explicó a Sputnik Nóvosti el gerente de Comunicaciones Corporativas y Relaciones Institucionales de ambas entidades agropecuarias, Andrés Alcaraz, el ingreso de divisas del sector está relacionado al ciclo comercial de los granos, el cual está sujeto a una serie de factores.
El precio internacional de la soja osciló entre los 350 y 400 dólares la tonelada en 2010, y subió paulatinamente en 2011 hasta alcanzar su máximo histórico en septiembre de 2012, cuando llegó a los 650 dólares, explicó.
Sin embargo, su valor descendió a partir de 2014, nunca por debajo de los 320 dólares, y desde 2016 ha vuelto a incrementar su precio a un promedio de 400 dólares la tonelada.
En 2015 la soja representó el 31,3% de las exportaciones totales de Argentina, mientras que los productos agroindustriales significaron el 42,2% de todas las ventas argentinas al exterior durante ese mismo año.