El Centro para la Reconciliación en Siria distribuye agua y alimentos entre los que salen por el corredor humanitario. Todos que necesitan asistencia médica inmediatamente se trasladan a hospitales y clínicas.
"Salí por el corredor humanitario junto con mi familia. Depongo armas, estoy muy agradecido a las autoridades sirias por haber decretado la amnistía. Estoy cansado de combatir, quiero vivir en paz", dijo a RIA Novosti uno de los rebeldes.
Según él, muchos quieren entregarse pero sus comandantes les amenazan con "fusilar a cualquiera que intente hacerlo", "muchos vacilan en rendirse porque miembros de sus familias son rehenes".
Siria vive desde 2011 un conflicto armado que se ha cobrado más de 250.000 vidas, según el último balance oficial de la ONU, o unas 400.000, de acuerdo con las estimaciones del enviado especial de Naciones Unidas, Staffan de Mistura.
El pasado 28 de julio, Rusia lanzó conjuntamente con Siria una amplia operación humanitaria en Alepo, además del suministro regular de materiales vitales a otras provincias del país árabe.
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En un principio se anunció la creación de tres corredores en el este de Alepo para civiles y rebeldes sin armas que quieran abandonar la ciudad, y un cuarto corredor en el norte para la salida de insurgentes armados, pero más tarde el Centro ruso para la Reconciliación en Siria informó que se están habilitando cuatro corredores humanitarios más.