A pesar de residir en ese entonces en EEUU, Sabrina de Sousa fue condenada en Italia por su participación en el secuestro en el año 2003 de Abu Omar, un clérigo radical egipcio que fue capturado por la CIA en Milán y luego enviado a Egipto, donde fue recluido e interrogado con métodos de tortura.
En EEUU, Sabrina de Sousa se encontraba protegida, pero en 2015 decidió salir de ese país rumbo a Portugal para ver a su familia, desafiando a la ley y, consecuentemente, poniendo en evidencia un sistema de cooperación internacional encubierto, con Norteamérica a la cabeza.
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— Sabrina De Sousa (@Sadiso) 1 августа 2016 г.
"La mayoría de mi familia vive fuera de EEUU, en Europa. Mi mamá vive en la India. Cuando fui excluida en 2014 de la lista de indultos presidenciales [de Italia], me di cuenta de que nunca más podría volver a ver a mi familia. Y decidí que eso tenía que ser enmendado", ha revelado de Sousa, según recoge la BBC. "Sí, tomé un riesgo, pero es algo que tenía que hacer", prosiguió.
Según la mujer, ella efectivamente trabajó para la CIA en el caso del secuestro de Abu Omar, pero solamente como traductora, puesto que era "la única que hablaba italiano e inglés", y no tuvo nada que ver con la planificación o la puesta en escena de la detención del clérigo. La mujer aclara que no estuvo presente en Milán el día del secuestro y que el plan fue ideado en Roma, donde ella tampoco se encontraba.
"No hay evidencia de los cargos en mi contra. He estado intentando limpiar mi nombre durante los últimos siete años", ha asegurado la mujer a la BBC.
De ser extraditada y encarcelada, sería la primera vez que un agente de la CIA es condenado en relación con el Programa de Detención e Investigación, creado por George W. Bush tras los atentados del 11 de septiembre de 2001. En el marco del programa, la CIA, en cooperación con gobiernos locales, trabajaba en la detención y reclusión de "sospechosos de terrorismo". Años después, el Senado de EEUU demostró que la CIA había realizado detenciones sin pruebas suficientes, además de recurrir a métodos de tortura.
"Se nos dijo que era un clérigo peligroso que necesitaba ser sacado de las calles de Milán. Esa fue la narrativa", ha explicado la mujer a la cadena británica. Hoy en día, incluso Abu Omar, quien vive actualmente en Egipto, ha intercedido en favor de la mujer, diciendo que debería ser perdonada por haber ayudado a esclarecer muchas cosas sobre su caso. Aun así, la exespía, de 60 años, sigue a la espera de una decisión.