Los medios de comunicación "difunden ese abuso del cuerpo como atracción física carnal en horarios y de maneras muy sutiles, pero van creando toda una situación que luego las estadísticas nos dicen que hay abortos de las niñas, pero no es que hayan abusado de las niñas, son muchas veces porque la mujer se pone como que en un escaparate, provocando", dijo Cipriani el sábado en su programa televisivo Diálogo de Fe.
Estos dichos despertaron críticas de activistas y políticos que se suman al rechazo generalizado expresado en redes sociales.
"Cualquier persona que toca, abusando de otra persona —psicológicamente y físicamente— no es porque una mujer lo provocó. Yo puedo usar una minifalda y nadie tiene derecho a tocarme… Una mujer puede dedicarse a la prostitución y no quiere ser violada, no puede ser violada. Nadie tiene derecho a afectar nuestra dignidad y no lo provocamos las mujeres", dijo la segunda vicepresidenta de Perú, Mercedes Aráoz, en declaraciones al portal Perú 21.
La ministra de la Mujer, Ana María Romero-Lozada, también criticó las declaraciones de Cipriani, exponente de la conservadora corriente católica Opus Dei, aclarando que las abusadas muchas veces son niñas.
"Se trata de niñas que no tienen el poder de tomar decisiones sobre su cuerpo. ¿Acaso esas niñas están en un escaparate?", cuestionó Romero-Lozada, reseña Perú 21.
El Arzobispado de Lima divulgó en Twitter un comunicado que trató de minimizar los dichos de Cipriani.
Card. Cipriani en declaraciones para RPP: "Rechazo cualquier trato que menosprecie o maltrate a la mujer" https://t.co/hzpAEdH597
— Arzobispado de Lima (@arzlima) 1 de agosto de 2016
"El cardenal pidió a los medios de comunicación mayor responsabilidad en su presentación de la imagen de la mujer", dice el comunicado.
El arzobispo de Lima "lamenta que sus palabras hayan sido malinterpretadas" y "hace un ferviente llamado a que se proteja a todas las niñas y mujeres del Perú".
Cipriani se convirtió en 1999 en el primer obispo del Opus Dei ordenado cardenal por el entonces papa Juan Pablo II.