El mismo día en que la antorcha olímpica llegó al estado brasileño que albergará los JJOO de 2016, su periplo fue temporalmente suspendido debido a las protestas contra el Gobierno local. El primer tramo del relevo fue cancelado tras un enfrentamiento entre la policía y los manifestantes.
Varias manifestaciones han sido convocadas en casi la mitad de las ciudades donde la antorcha aún pasará antes de llegar a su destino final, según Folha de São Paulo. Las motivaciones de las protestas son distintas y van desde el descontento con el propio acontecimiento deportivo hasta la oposición a las administraciones municipales, estatales y federales.
En un vídeo que circula por internet en Brasil, se puede ver a personas corriendo tras un supuesto robo de una de las antorchas olímpicas. La veracidad de las imágenes no ha sido confirmada por la organización de los JJOO.
Esta no ha sido la primera controversia que se produce durante el trayecto del fuego olímpico por el país suramericano. En la ciudad de Joinville, un hombre intentó sofocar la llama olímpica con un extintor, mientras que, el 26 de junio, otro individuo arrojó un cubo de agua al fuego olímpico, en un intento de apagarla. Anteriormente, el 20 de junio, una jaguar que acompañaba el recorrido fue abatida para evitar que saliera de una zona de control acotada por la organización.
Desde su llegada a Brasil hasta su destino, en el Estadio de Maracaná —en Río de Janeiro— para la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos, el próximo 5 de agosto, la llama debe pasar por más de 300 ciudades brasileñas, en un recorrido simbólico que pretende imbuir del espíritu olímpico a todo el país.