"Dicen que cuando termine el 'impeachment' el inversor sabrá con quién hablar y eso incentivará las inversiones. Hay mucha gente esperando el proceso de agosto (…) cuanto más se tarda en evaluar el impedimento más perjudicial para el país. Cuanto antes se solucione, mejor", ha asegurado este viernes Temer en una entrevista con varias agencias de noticias.
En la actualidad el calendario del juicio político establece que la votación final en el Senado se produzca la última semana de agosto, justo después de los Juegos Olímpicos de Río, pero hay diversas variables en juego que podrían hacer que la decisión final pasase a septiembre.
Esta es una de las máximas preocupaciones de Temer, ya que los días 4 y 5 de septiembre se celebra en China una cumbre del G20 que el líder del PMDB quería aprovechar para presentarse ante la comunidad internacional como el nuevo presidente de Brasil de pleno derecho.
Temer confiesa que si llega el momento de acudir al G20 y aún no se ha votado la permanencia o no de Rousseff en el poder tendrá algunas dificultades: "La situación de interinidad no da la misma potencia al Estado brasileño", ha remarcado.
El presidente interino también ha asegurado que en los 77 días que lleva de mandato no ha tenido ningún contacto con Rousseff, ni tiene intención de tenerlo, y ha asegurado que él tiene una relación con el Congreso Nacional mucho mejor que su predecesora.
Temer también ha negado las acusaciones de corrupción –en apenas unas semanas dimitieron tres de sus ministros– y ha asegurado que no tenía "la más mínima noticia" de cualquier gesto de corrupción.