"Vamos a priorizar las comunidades que viven en extrema pobreza que, de acuerdo con el censo Agropecuario de 2013 y el Instituto Nacional de Estadística (INE), llegan a 6.000", dijo la autoridad.
Rojas asumió la dirección del Fondo Indígena en septiembre de 2015 en medio de una profunda crisis debido al millonario desfalco que se destapó en esa entidad dependiente del Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras.
La autoridad explicó que la nueva gestión del Fondo Indígena espera llegar, hasta 2020, con programas de desarrollo productivo a por lo menos 1.000 comunidades que viven en extrema pobreza.
"Existen comunidades donde el 80 por ciento de su población vive en la extrema pobreza y requiere atención", declaró Rojas.
Explicó que los programas que se aprueben en Fondo Indígena responderán a las necesidades de la población beneficiada y a la vocación productiva de cada municipio.
Hasta el 2015 el Fondo Indígena había probado más de mil proyectos para el área rural que eran administrados por las organizaciones sindicales vinculadas al partido de Gobierno, el Movimiento al Socialismo (MAS).
Una investigación de la Contraloría del Estado identificó que más de decena proyectos eran "fantasmas" y habían causado un daño económico al Estado de aproximados 10 millones de dólares, hecho que provocó la intervención del Gobierno y la detención de al menos diez dirigentes sindicales.
Adelantó que entre las prioridades está erradicar la extrema pobreza en 54 comunidades de Santa Cruz (este) y otras 24 en Pando (norte) del territorio boliviano. En el caso de La Paz, dijo que se intentará llegar a un porcentaje significativo de las 2.400 comunidades que viven en esa condición.
Según datos oficiales, la extrema pobreza en Bolivia en 2014 era de 17,3 por ciento y el Gobierno espera reducir este índice a 9,5 por ciento para el 2020.