"Fue un crédito político que nos vimos forzados a recibir. Nuestra posición consiste en que no debemos devolver el dinero", ha señalado Daniliuk.
Moscú no ha tardado en reaccionar. La negativa a saldar la deuda tendrá las correspondientes consecuencias para Ucrania, ha advertido este miércoles el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
"La calificamos de deuda soberana, pública, con las consecuencias correspondientes para las obligaciones financieras de Ucrania", ha comentado a los medios Peskov.
El crédito en cuestión, concedido a Ucrania en 2013, fue oficialmente reconocido por el Fondo Monetario Internacional. En diciembre de 2015, Ucrania impuso una moratoria al pago del último tramo, de 79 millones de dólares, y a la amortización del monto principal de la deuda. En respuesta, Rusia presentó una demanda al Alto Tribunal de Justicia de Londres.