En la página web de la Fundación de la Amistad Argentino Turca, se dice que la misma tiene por objetivo "lograr un intercambio cultural, idiomático y educativo en la integración de la familia, revitalizar el diálogo, la capacidad de reflexionar, la cooperación y la ayuda mutua. Recuperar los valores éticos y morales y la sana convivencia, valores que la fundación considera muy necesarios en la sociedad actual".
En su presentación, el Centro Alba define que "con el espíritu de las ideas de diálogo del escritor y educador turco Fethullah Gulen", su objetivo es "promover el encuentro y el entendimiento entre las distintas culturas".
"Gulen es uno de los predicadores más influyentes del islam y tiene cerca de seis millones de seguidores en cerca de 130 países, con más de 1.500 escuelas y universidades, grupos financieros y medios de comunicación, nucleados alrededor de un movimiento que funciona como una organización, algunas veces secreta, organizada como una red paralela del poder político en Turquía, que se presenta como una versión moderna del islam sufí, y una de sus utopías es recuperar el legado del imperio otomano", explica Kendikian.
En su libro, el autor señala que la red de Gulen fue muy útil a Estados Unidos en los años noventa, tras el colapso de la Unión Soviética, para penetrar en los países turcófonos de Asia Central, con el fin de contrarrestar la influencia de Rusia, lo cual le permitió generar inmejorables relaciones con la CIA.
Además, el exjefe de la CIA en Afganistán, Graham Fuller, le habría ayudado a conseguir a Gulen la residencia en Estados Unidos, país en el cual vive desde 1999.
En el mundo "Gulen se presenta como partidario del diálogo religioso. En Estados Unidos, después del atentado a las Torres Gemelas en 2001, dijo que ningún musulmán puede ser terrorista ni ningún terrorista puede ser musulmán. De esa manera, fue fortaleciendo su imagen con la prédica integradora del diálogo interreligioso, una fachada para esconder el movimiento y para crecer con una agenda oculta mundial", agrega Kendikian.
Ya desde 1998, los sermones de Gulen expresaban su objetivo. En uno de ellos, llamaba a sus seguidores a "avanzar por las arterias del sistema hasta llegar a todos los centros de poder sin que nadie note nuestra existencia", "aguardar el momento en que las condiciones estén maduras" y "esperar hasta haber acumulado todo el poder del Estado con el dominio de todas las instituciones constitucionales de Turquía".
En el exterior, el movimiento de Gulen es muy fuerte en las antiguas posesiones del Imperio otomano, como en los Balcanes, ya que su idea es "reinstalar un Imperio otomano moderno", es decir, a través de la globalización y no de la acumulación de tierras. "En EEUU la red de Gulen tiene más de 160 colegios, casi todos subvencionados por el Estado, lo cual les trae muchos problemas, porque los sindicatos de profesores los acusan de traer gente de su propio movimiento que luego son activistas de sus ideas".
"Su red mundial es un lobby político y económico, que también genera grandes negocios, manejados por Tuskon —Confederación turca de Empresarios y Comerciantes industriales—", concluye Kendikian.