"Obviamente, Turquía está predispuesta a 'un viraje prorruso'. La duda es si la respuesta de Rusia será recíproca", opina Alexéi Polubota, autor del artículo en el diario ruso Svobódnaya Pressa.
"Occidente organizó un golpe en su contra [del presidente turco], que, por suerte, fracasó. Ahora Erdogan ha quedado prácticamente aislado. Aunque Turquía sea una potencia regional fuerte, le resultará muy difícil sobrevivir a solas en el mundo moderno. Precisamente por eso, Erdogan aspira a acercarse a Rusia y encontrar puntos de contacto. O bien utilizar este acercamiento formal hacia Rusia como herramienta para ejercer presión sobre Occidente y evitar la introducción de sanciones antiturcas por parte de la UE, entre otras cosas", argumentó Aleksándrov.
Uno de los acuerdos para el acercamiento entre Rusia y Turquía podría asociarse con el rechazo otomano al apoyo de Daesh, organización terrorista proscrita en Rusia y otros países.
"En cuanto al Estado Islámico, Turquía tendrá que dejar de apoyar a este grupo terrorista. Rusia tiene cuentas pendientes con Daesh. La frontera turca deberá cerrarse para Daesh si Erdogan quiere ser amigo del país eslavo. Este tipo de convenio puede celebrarse oralmente. Lo más probable es que Erdogan lo acepte, aunque de mala gana. La pregunta es si Turquía va a cumplir este acuerdo", advierte el experto.
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"Es casi seguro que, en este caso, Washington insistiría en que Turquía siguiera apoyando al Estado Islámico y algunos otros grupos islamistas en Siria, siguiera transfiriendo armas modernas y abriendo vías para nuevos combatientes".
Rusia, a su vez, podría levantar las sanciones contra Turquía, realizar algunos proyectos económicos conjuntos y prometer contribuir a que el país otomano sea miembro de la OCS —Organización de Cooperación de Shanghái— lo que le permitiría entrar en la zona económica de la "ruta de la seda", opina el interlocutor del diario ruso.
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"Hay que entender que, por un lado, se abren amplias perspectivas, pero por otro, siempre hay que recordar que Erdogan tratará de maniobrar entre Rusia y Occidente. Turquía nunca va a cambiar sus prioridades geopolíticas, más bien intentará utilizar el conflicto entre Este y Oeste con el fin de defender su posición relativamente independiente", conjetura Aleksándrov.
"En general, yo no descarto que Erdogan gire su país más hacia Rusia que hacia Occidente. El líder turco no es un tonto, creo que se dio cuenta de que la antigua política de orientación unilateral hacia Occidente conducía a una derrota histórica de Turquía", concluyó.