El movimiento de los 'makers' —hacedores o creadores, en inglés—, cada vez más popular en muchos países del mundo, también está presente en Rusia. En la feria Moscow Mini Maker participaron investigadores, inventores, estudiantes y representantes de empresas de Rusia, Holanda, EEUU, Japón, Argentina y España.
"La gente extrañaba la oportunidad y la necesidad de hacer algo con sus propias manos. Internet, que antes nos molestaba, ahora nos ayuda. Hay un montón de plataformas para el intercambio de ideas, archivos, experiencia y conocimientos. La revolución digital —que ya se ha completado en el campo de las comunicaciones y la informática— está ahora ocurriendo en la esfera de la producción", declaró Kuznetsov.
Entre los primeros en adoptar el enfoque tecnológico están los creadores de las prótesis médicas.
Posted by Moscow Mini Maker Faire on lunes, 18 de julio de 2016
Uno de los proyectos rusos de producción de prótesis médicas, MaxBionic, asegura que, gracias a las nuevas tecnologías, es posible bajar considerablemente el coste de las partes postizas del cuerpo.
Lea también: Trasplantan con éxito el primer órgano creado con impresora 3D en Rusia
"El precio de las prótesis modernas oscila entre 15.000 y 300.000 dólares. Con ayuda de las nuevas tecnologías, tales como la impresión 3D, podemos reducir el costo hasta 1.000 dólares. ¡Esto es 10 veces más barato, lo que significa que estos dispositivos pueden llegar a mucha más gente!", enfatiza la página web de la empresa.
"La prótesis puede disponer de unos dispositivos de acceso a internet inalámbrico con la posibilidad de proyectar la imagen en una pantalla flexible colocada en el brazo. La estructura de la prótesis permite sustituir los dedos por las herramientas y ajustar la prótesis a diferentes operaciones laborales. El color, la forma y el tamaño pueden ser diseñados de acuerdo con los deseos del cliente", indica la web de Motórika.
Parece que los 'makers' pueden fabricar solos casi cualquier objeto, individualizándolo. Es un desafío a la producción masiva y a las grandes corporaciones. En consecuencia, el movimiento se hizo popular en muchos países, entre ellos, España.
Lea más: Científicos de Tomsk logran hacer piezas de cerámica en impresora 3D
Cecilia Tham, directora de MOB —Makers de Barcelona- y fundadora de una cafetería digital popular en la capital de Cataluña —FabCafé—, ideada y establecida por primera vez en Japón, comentó a Sputnik las razones del éxito del movimiento de los 'makers'.
"Hay gente que ocupa una posición activa en la vida. Ser activo forma base de cualquier negocio, así como el deseo de arriesgarse y crear algo propio. Ese deseo de crear algo representa el fundamento del 'movimiento maker'. La gente está dispuesta a invertir en estas 'startups', porque ven perspectivas de futuro", explicó Cecilia.
A partir de 2017, en Rusia, la tecnología de las impresoras 3D se enseñará en las escuelas como una asignatura obligatoria.