El 13 de julio, el Fondo Monetario Internacional mejoró considerablemente sus previsiones sobre el Producto Interior Bruto (PIB) de Rusia. De acuerdo con sus analistas y los del Banco Mundial, esta magnitud macroeconómica caerá tan solo en un 1,2 % en vez del 1,5% y el 1,9% previstos por ambas organizaciones anteriormente.
Anteriormente, la agencia de calificación estadounidense Fitch también hizo un pronóstico positivo respecto a la economía rusa y destacó que el PIB del país podría volver a crecer ya a finales de este mismo año.
¿A qué se debe este cambio de ánimos?
Primeramente, al hecho de que el esperado colapso del mercado petrolero —tal y como vaticinaron las previsiones más apocalípticas—no acabó produciéndose. Pese a la auténtica guerra desatada entre los productores por el mercado del crudo y la ausencia de acuerdos destinados a limitar las extracciones, los precios del oro negro han crecido de una manera considerable. El petróleo, relativamente caro, sigue suponiendo un gran apoyo para la economía del país eslavo, aseguran los expertos.
Además, en los últimos tres meses se certificaron los buenos resultados de sectores como la extracción de minerales —con un aumento del 1,8%— y la industria de extracción y procesamiento de materias primas —con un 0,9%—.
Además, la política de sustitución de importaciones, apoyada por el flexible tipo de cambio del rublo, supuso una gran contribución al crecimiento del sector industrial.
¿Qué sector de la economía ha resultado más beneficiado por las sanciones y la caída de los precios de petróleo?
Por sorprendente que pueda parecer, si hay un sector que ha acabado siendo beneficiado por todas estas circunstancias es el de la agricultura. Este año, Rusia se ha convertido en el mayor exportador de trigo del mundo, ya que arrebató el liderazgo en este mercado a EEUU. Pese a la interrupción de las relaciones comerciales con Turquía, los económicos cereales de Rusia encuentran un comprador fácilmente.
El sector agroalimentario goza de un gran potencial ya que la suspensión de las sanciones comerciales impuestas a Turquía aún no está siendo sometida a debate en Rusia ni tampoco el levantamiento del embargo alimenticio a las exportaciones procedentes de los países occidentales, según informa el portal ruso Lenta, que cita al ministro de Agricultura, Aleksandr Tkachov.
Aparte del optimismo en el sector de la agricultura, se aprecian señales positivas también respecto a la afluencia de capitales a Rusia. En los últimos meses, el país eslavo se ha convertido en un "puerto tranquilo" para los inversores mundiales. El aumento de las inversiones en el mercado ruso —que en una semana, entre el 14 y el 20 de julio, atrajo unos 200 millones de dólares— se debe al referéndum sobre el Brexit en el Reino Unido y a la intentona golpista en Turquía, según estiman los expertos.