En una entrevista con la emisora Deutsche Welle, Sávchenko recordó que siempre había respondido que no quiere pero sí puede ser una presidenta férrea.
"Y ahora diría que, a lo mejor, ya tengo la obligación de serlo", añadió.
El viceministro ucraniano para los Asuntos de los Territorios Ocupados —así califican en Kiev las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk—, Gueorgui Tuka, se solidarizó con Sávchenko en la necesidad de pasar a una dictadura.
"Dudo de que sea posible parar la guerra con métodos democráticos", dijo en una entrevista con el canal de televisión 112 Ukraina.
Tanto representantes de Kiev como de las milicias de Donbás respondieron que no tienen por qué pedir perdón a la otra parte.
Activistas lanzaron una campaña de recogida de firmas en la web de la presidencia ucraniana para despojar a Sávchenko del título de Héroe de Ucrania y someterla a una revisión médica y a un curso de rehabilitación para exprisioneros.
Sentenciada en Rusia a 22 años de prisión por el asesinato de dos periodistas rusos en Donbás, Sávchenko se repatrió a Ucrania después de que el presidente ruso, Vladímir Putin, la indultara a petición de los familiares de las víctimas.
El este de Ucrania lleva más de dos años sumido en un conflicto entre las fuerzas de Kiev y las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk, nacidas en protesta por el cambio violento del Gobierno ucraniano en febrero de 2014.
La ONU cifra en más de 9.400 los muertos, y en más de 21.800 los heridos por las hostilidades que continúan pese a varios acuerdos de alto el fuego.