"Los jefes militares de la coalición anti-Daesh son los únicos responsables de que sus efectivos de unidades especiales se expongan al riesgo de verse en zonas donde Rusia emplea su aviación", comentó el portavoz de Defensa, el general mayor Ígor Konashénkov.
Los militares rusos "siempre están abiertos a cualquier canal de comunicación y llaman a que nuestros socios ofrezcan información detallada sobre la ubicación de las unidades de la 'oposición moderada' bajo su control", agregó el representante de Defensa.
En particular, en el caso del supuesto bombardeo ocurrido en junio, las autoridades rusas no disponían de explicaciones detalladas sobre la posición de los militares estadounidenses y la única petición que sí recibieron fue la de "detener el ataque" una vez que este ya estaba en marcha, señaló Konáshenkov.
El portavoz de Defensa lanzó una propuesta para solucionar el problema al afirmar que "tenemos que pasar de las palabras a los hechos y lanzar acciones coordinadas contra los grupos terroristas internacionales que operan en Siria".
Previamente, el diario The Wall Street Journal, citando fuentes del Pentágono y de la Casa Blanca, informó de que el 16 de junio los aviones rusos de combate bombardearon una base secreta de las tropas de élite británicas y estadounidenses en la localidad de Al Tanf, la provincia siria de Homs.