"Si alguien preguntara si el apoyo por parte de los países occidentales en evitar el golpe de Estado fue suficiente, diría que estamos descontentos y seriamente desilusionados", dijo el parlamentario.
"No podemos castigarlos como a un simple transeúnte que nos empujó al pasar con el hombro, estamos obligados a imponerles el castigo más grave previsto por nuestras leyes, para que nadie más se aventure a cometer algo semejante", subrayó Aktay.
El parlamentario considera que, al preocuparse en primer lugar por la suerte de los golpistas, Occidente hace pensar a Ankara que sus representantes pueden estar detrás del propio intento de cambio de poder forzoso.
"Es algo muy ofensivo, que va dirigido a debilitar la lucha que lleva a cabo Turquía, se trata de la voluntad de dejarla a solas", resaltó el político.