El operativo, que se desplegará en toda la frontera, desde la norteña localidad de Bella Unión hasta la sudoriental del Chuy, permanecerá hasta que concluyan los Juegos Olímpicos en el país vecino, el 21 de agosto.
Medidas similares se tomaron durante la Copa de Confederaciones de Fútbol de 2013 y la Copa Mundial 2014, torneos celebrados también en Brasil.
Durante el fin de semana, los servicios de inteligencia de Argentina y de Brasil celebraron una reunión en la que evaluaron posibles indicios de actividad yihadista en América del Sur, siguiendo pistas detectadas en Internet y redes sociales como Telegram.
El miércoles, el ministro de Justicia de Brasil, Alexandre de Moraes, dijo en una entrevista publicada en el diario Folha de Sao Paulo que el terrorismo no es la principal amenaza para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, sino la simple delincuencia.
La "criminalidad (nos) preocupa más que el terrorismo, por eso estamos reforzando la vigilancia; vamos a tener muchas delegaciones, turistas de todo el mundo; no podemos permitir que se divulgue una imagen de Brasil como un país de delincuencia", señaló Moraes al diario brasileño.
El miércoles, las autoridades brasileñas iniciaron un operativo especial de control del espacio aéreo de Río de Janeiro, que será sede de los Juegos.
Se espera que acudan a Río unos 700.000 visitantes, 12.000 atletas y 20.000 periodistas.