Haberse trasladado a Ucrania "llegó a ser fatal para él (Sheremet)", lamentó.
Asimismo Exteriores ruso subrayó que el periodista "se convirtió en una nueva víctima del sistema" que se ha formado en Ucrania.
Según el ente, "el actual poder ucraniano que recibe el apoyo de sus patrocinadores euroatlánticos por los supuestos éxitos en llevar a cabo las reformas democráticas no logró garantizar su seguridad".
"Llamamos a las instituciones internacionales y las organizaciones de defensa de derechos humanos a aprovechar toda su influencia en Kiev para que Ucrania cumpla los principios fundamentales del derecho internacional para garantizar la seguridad de los periodistas", dice el comunicado.
La Cancillería subrayó que el asesinato de Sheremet no es la primera muerte trágica de periodistas en Ucrania, poniendo como ejemplo los asesinatos de Gueorgui Gongadze, ocurrido en el 2000, el de Oles Buzina en 2015, y las muertes de otros periodistas en la zona del conflicto en el este del país.
"Esperamos que la cadena de asesinatos impunes finalmente se rompa y que la investigación de estos delitos sea objetiva y minuciosa y todos los culpables se hagan responsables", afirmó el ente.
El Ministerio de Exteriores agrega que Moscú está conmocionado por el "el cínico asesinato del ciudadano ruso en el centro de Kiev".
La Cancillería rusa expresó sus condolencias a la familia y amigos del comunicador así como a la comunidad periodística.
Sheremet perdió la vida el miércoles tras estallar una bomba adosada a su coche en Kiev.
Nacido en Minsk en 1971, trabajó en la televisión rusa en la década de los 90 y los 2000, en particular en el Canal 1.
Los últimos cinco años residió en Kiev, donde colaboró con el diario Ukrainskaya Pravda, así como la Radio Vesti.