"De hecho, los acontecimientos del 15 de julio pusieron a Turquía frente a un ataque terrorista", afirmó Erdogan en una alocución televisada a la nación.
Turquía se está recuperando de un intento de golpe militar que se saldó con 232 muertos y más de 1.500 heridos, según los últimos datos oficiales.
Una vez aplastado el motín, el Gobierno turco inició purgas en el Ejército, otros organismos de seguridad y del poder judicial para descubrir a los seguidores del clérigo islamista Fethullah Gulen a quien indica como impulsor de la intentona y cuya extradición exige a EEUU. Gulen niega esas acusaciones.
Desde el pasado viernes en Turquía fueron detenidos más de 7.500 sospechosos, en particular más de 6.000 militares, según el primer ministro Binali Yildirim.