"Si Rusia acepta respetar los acuerdos de Minsk, lograr un progreso en su puesta en práctica, hay que cambiar nuestra postura", declaró el vice primer ministro y canciller belga, Didier Reynders.
Resaltó que "es necesario preservar el diálogo abierto con Rusia, ya que debemos abordar Siria, Irak y otras numerosas cuestiones por todo el mundo".
Además de la prohibición de entrada y la congelación de activos para decenas de cargos públicos y empresarios, Occidente prohíbe exportar a Rusia armas, productos de doble uso y tecnologías para la producción de hidrocarburos y no permite a los bancos rusos financiarse a largo plazo.
Los acuerdos de Minsk, una serie de documentos pactados en 2014 y 2015 para frenar el conflicto en Donbás, estipulan, entre otros puntos, un alto el fuego, la retirada de armas pesadas, la adopción de un estatus especial para algunos territorios de las provincias de Donetsk y Lugansk y la celebración de elecciones locales en estos territorios.