Yang ha afirmado que los problemas del mar del Sur de China atañen solo a los países de la región y que Pekín está trabajando con ellos para resolverlos, pero esos esfuerzos se ven entorpecidos por "un viento que viene de fuera".
"¿Es un tifón? ¿Es un tornado? No lo sabemos, pero sí sabemos que viene de fuera; en cuanto sus barcos dejen sus provocaciones en el mar, tendremos más paz y seguridad", ha añadido.
"China no está asustada por esos barcos: si son visitas amistosas, serán bienvenidas, pero si vienen para causar problemas, tenemos nuestras contramedidas", ha advertido.
El portavoz, sin embargo, ha incidido en la creciente relación entre las armadas de ambos países recordando las recientes visitas mutuas y se ha mostrado esperanzado en que una acción aislada no escale en un conflicto armado serio.
"Estados Unidos y China han formado un código de conducta sobre encuentros aéreos y marítimos para evitar incidentes y reducir fricciones, es un buen mecanismo para mantenerlos bajo control y manejar los conflictos", opina.
Dai Bingguo, un alto diplomático chino, dijo esta semana en Washington que China no se dejará intimidar ni aunque Estados Unidos envíe diez portaviones a la zona.
Pekín denuncia que la actividad diplomática y militar estadounidense envalentona a los países de la zona para enfrentarse a China.