Granada, 1983
La invasión de Granada en 1983 fue una operación militar estadounidense para derrocar la alianza cubano-soviética de Hudson Austin, autoproclamado primer ministro de la nación caribeña, de inclinaciones marxistas-leninistas. Cerca de 7.000 soldados norteamericanos fueron desplegados para hacer frente a 1.500 combatientes granadinos y 700 cubanos. Como resultado de la invasión de 51 días murieron varias decenas de militares en ambos bandos y 24 civiles.
Aunque la invasión fue repudiada internacionalmente incluso por aliados de EEUU, como Reino Unido y Canadá, esta operación militar le permitió al país norteamericano mejorar su imagen ante su propio pueblo, después de la nefasta Guerra de Vietnam.
Panamá, 1989-1990
En 1983, Manuel Antonio Noriega llegó a ser el gobernante de facto de Panamá, un país que siempre ha sido de vital importancia para los EEUU. En 1989, Noriega se negó a aceptar los resultados de las elecciones en las que ganó el representante de la oposición, Guillermo Endara Galimany. En su lugar, Noriega nombró a Francisco Rodríguez como presidente provisional, un allegado suyo.
Esto dio lugar a la invasión estadounidense de Panamá de 1989, conocida como Operación 'Causa Justa', cuyo objetivo era la captura y extradición de Noriega. Al final, EEUU consiguió lo que se proponía, no sin antes haber acabado con la vida de al menos 3.000 personas.
Esta fue la primera vez que EEUU intervino en un país argumentando la necesidad de restaurar la democracia y el cumplimiento de los derechos humanos.
República Srpska, Bosnia y Herzegovina, 1995
Una explosión ocurrida el 28 de agosto de 1995 en un mercado de Sarajevo sirvió de excusa para que la OTAN, con EEUU a la cabeza, iniciara la Operación 'Deliberate Force', acusando a los serbios de lo ocurrido, si bien no se logró identificar quiénes fueron. El 30 de agosto, tras el rechazo de la parte serbia de retirar el armamento pesado de la ciudad, la Alianza emprendió una campaña aérea para atacar posiciones serbias con municiones de uranio empobrecido. Durante dos semanas, la OTAN realizó unos 3.515 vuelos, lanzó cerca de 1.000 bombas, recurrió al uso de misiles de crucero de largo alcance —fueron lanzados unos 13, cinco de los cuales fueron interceptados por el escudo antimisiles serbio—.
Aparte de las muertes que conllevó la operación, cabe destacar que centenares de personas morirían a causa de las enfermedades producidas por la radiación.
Yugoslavia, 1999
La guerra de Kosovo terminó con una acción de la OTAN llamada Operación 'Fuerza Aliada', en la cual aviones aliados atacaron objetivos militares e infraestructuras civiles en la República Federal de Yugoslavia.
Durante 78 días, la OTAN lanzó un total de 2.300 misiles contra 990 objetivos y 14.000 bombas sobre el territorio de Yugoslavia. Según las informaciones, más de 1.700 personas murieron, de las que 400 eran niños. Alrededor de 10.000 fueron gravemente heridas. La OTAN, además, utilizó municiones radioactivas de uranio empobrecido cuyas consecuencias se extendieron por muchos años.
Como resultado de la campaña, la guerra terminó con la ruptura de Serbia con Kosovo, y luego en la declaración de independencia de la última en el 2008.
Muchos analistas destacan cierta contradicción en las políticas occidentales, que a veces representan todo un misterio. Y es que la declaración de independencia de Kosovo, unilateral y sin referéndum fue apoyada por Occidente, mientras que la integración de Crimea a Rusia, aprobada por 1.233.002 personas de manera democrática, es considerada ilegítima.
Afganistán, 2001-presente
Después del 11 de septiembre de 2001, el presidente estadounidense, George W. Bush, puso en marcha la Operación 'Libertad Duradera', una serie de campañas destinadas a luchar contra el terrorismo global en países de todo el mundo. El primer objetivo era Afganistán, puesto que la mayoría de sus territorios estaba controlada por talibanes. La invasión norteamericana empezó con ataques aéreos al país afgano y un mes después se dio inicio a la operación terrestre. Para iniciar la guerra, Estados Unidos se amparó en una interpretación peculiar del artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas, relativo al derecho a la legítima defensa. Aproximadamente desde el inicio de la guerra hasta 2014 hubo 150.000 muertos (civiles y militares), 162.000 heridos y 1,2 millones de desplazados, según Amnistía Internacional.
A partir del 2011, EEUU empezó la retirada de las tropas de Afganistán. En julio del 2013, la seguridad la garantizan las fuerzas locales, mientras que el contingente desempeña el papel auxiliar. Muchos destacan que el conflicto bélico terminó solo formalmente, ya que continúa hasta hoy día.
Irak, 2003-presente
El antecedente de la invasión de Irak por parte de EEUU fue la acusación al Gobierno iraquí de que estaba colaborando con la organización terrorista Al Qaeda. Washington se justificó con que Irak poseía y estaba desarrollando armas de destrucción masiva. A pesar de no tener pruebas contundentes, el 20 de marzo de 2003 empezó la invasión de Irak por parte de EEUU y sus aliados, por aire y por tierra.
La invasión acabó con el dictador Sadam Husein, pero marcó el inicio de una guerra en la región que sigue vigente. Lo cierto es que las pérdidas del pueblo iraquí fueron enormes. Según varias estimaciones, cientos de miles de personas perdieron sus vidas, entre ellas más de 7.000 civiles.
Somalia, 2004-2010
La intervención militar de EEUU durante la guerra civil en Somalia buscaba debilitar a las fuerzas islamistas que participaban en la contienda. Las tropas estadounidenses apoyaban a las fuerzas del Gobierno somalí. Sin embargo, los esfuerzos conjuntos no tuvieron ninguna clase de resultado. Hoy en día, no existe un estado somalí unido y gran parte del país está controlada por los soldados del movimiento yihadista Al Shabbaab.
Libia, 2011
La intervención militar en Libia representó una operación multinacional sancionada por la ONU, que tenía como objetivo "proteger a los civiles que estén bajo amenaza". Las tropas de EEUU participaron en la operación junto con otros países de la OTAN contra el Gobierno de Muamar el Gadafi. En la Operación 'Amanecer de la Odisea', por ejemplo, tomaron parte las Fuerzas Navales y Aéreas de EEUU, así como el cuerpo de Infantería. La operación militar en el país africano finalizó con el derrocamiento y asesinato de Gadafi y con un saldo de más 700 muertos y 400 heridos, mientras que la Alianza Atlántica afirma no tener datos sobre las víctimas provocadas por sus ataques. El país se vio completamente destruido y, en muchas ciudades, se crearon bloques islamistas, entre ellos de Daesh —organización proscrita en Rusia y otros países—.
Yemen, 2015-presente
Con el fin de apoyar al presidente de Yemen, Abd Rabbuh Mansur al-Hadi, quien se vio obligado a huir de su país, EEUU inició una operación militar contra milicias y parte del Ejército yemení, quienes apoyaban al expresidente Ali Abdullah Saleh.
Las Fuerzas Aéreas estadounidenses realizaron ataques contra los hutíes —rebeldes yemenís—, además de apoyar la intervención de Arabia Saudí y sus aliados en Yemen.